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el planetario de la niña gusana

Mundo Chueca

Mundo Chueca

El pasado fin de semana, un concierto aniversario de los 40 principales me llevó a descubrir nuevos mundos en Madrid.

Aunque ya conocía algo de las noches y los días de Chueca, no dejó de asombrarme.

De día, una encrucijada de tiendas alrededor de la calle Fuencarral... y todas ellas me llamaban:"Ven, ven...". Tentación superada debido a una situación económica no todo lo próspera que quisiera.

Todo el finde estuve reconociendo tiendas que sólo había visto en revistas.

Visita imprescindible al mercado de Fuencarral, antiguo mercado de alimentación convertido hoy en punto de encuentro de jóvenes diseñadores y DJ's. Es más pequeño de lo que imaginaba. Yo tenía un concepto de centro comercial... nada más lejos de eso.

El campamento base de nuestra expedición también se encontraba en plena Fuencarral: Hostal Los Alpes.

Como llegamos de noche se mezclaron muchos sentimientos a priori. Entre Fuencarral y Gran Vía hay calles tomadas a esas horas por las prostitutas. Eso sumado a la ausencia del ascensor en el hostal y tener que subir 5 pisos andando... nos desanimó.

Al mismo tiempo memorizábamos tiendas y hacíamos planning de compras para la mañana. Alguno casi ni durmió pensando en las zapatillas de Carhartt que se iba a comprar.

La noche de Chueca y Fuencarral son no menos sorprendentes.

Chueca, una plaza repleta de gente sentada en las terrazas de los bares. Mayoritariamente hombres, mayoritariamente homosexuales. Sin complejos, sin vergüenza. Exhibir "la pluma" allí es un honor. Y, el que no la tenga, que la invente. El Urano (para los que lo conozcan) se queda corto. Todo en la calle, todo explícito.

Litros de colonia como halos rodeando a cada viadante. Por un lado, ropas carísimas... por el otro, disfraces imposibles.

Como la "albóndiga rebozada" (apodo que le puso Francisco) que nos asaltó en una empinada cuesta para darnos invitaciones para la Boite (una pena no tener foto suya). Ante nuestra cara de interrogación (o de asombro, mejor) nos explicó que se encontraba en la antigua ¿? (otro nombre de discoteca). Y yo sólo pude poner cara de saber de lo que hablaba y decir: "Vale, gracias". No era cuestión de parecer de fuera, sino de integrarse.

Y es que Chueca es un mundo aparte, pero tan atrayente o más que cualquier rincón de Madrid. El barrio está de moda y así lo demuestran tanto el interés por las grandes marcas por encontrar local en la zona como el goteo incesante de famos -os/-illos que vimos en un fin de semana: El portero del Betis (ni idea), el niño ese algo gay de Aída, Geno (de OT), Carlos Ferrando y el capitán de balonmano del Barcelona (NPI).

Me quedé con ganas de más. Necesito un intensivo de Fuencarral y Chueca. Pero cuando ahorre.

 

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